Después de varios años buscando, y cambiando de criterio
constantemente, por fin nos hemos comprado la casa que buscábamos.
Hemos dado muchas vueltas pero al final se ha decidido “por
pálpitos”, como sucedió con nuestra casa de Madrid
Es una cajita de cerillas de una habitación, pero la idea es
que se convierta en la casa de los dos.
Nosotros no empezamos nuestra vida viviendo solos ni en casa
nueva y teníamos ganas de que lo que compráramos fuera “solo” nuestro.
Evidentemente nos ilusiona compartirlo con nuestros hijos y
amigos, pero la concepción es distinta.
Está en un muy pequeño pueblo entre Pontevedra y La Coruña.
Un pueblo de los de “forno” y panadera que controla quien eres, si vas o
vienes.
Las vistas son bonitas y está pegado a un faro.
Estamos muy contentos y esperamos inaugurar nuestro nuevo
hogar lo antes posible
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